De camino al metaverso
Aunque algunos podrían pensar que la ambición de Meta (anteriormente Facebook) de crear un universo virtual donde la gente pasaría tiempo trabajando, jugando y descansando ha fracasado, la realidad es que el concepto del metaverso sigue avanzando. Es inevitable que más tarde o más temprano este universo digital conquiste nuestras vidas y se convierta en una parte integral de nuestra existencia como lo ha hecho el mismo internet.
Nuestro día a día ya está inundado de entornos digitales, desde dispositivos móviles y ordenadores interactuamos con una realidad virtual que se infiltra en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Así que ¿por qué no dar el siguiente paso hacia una interfaz más cómoda, directa y «natural», más accesible? La tecnología digital sigue avanzando, y con ella, nuestras formas de interacción con el mundo en línea.
Imagina un mundo donde puedes teletransportarte instantáneamente a cualquier lugar, experimentar cualquier cosa y colaborar con cualquier persona sin importar las distancias. Ese es el metaverso que nos espera en el futuro.
Los avances en realidad virtual y aumentada, inteligencia artificial y otras tecnologías están haciendo posible un metaverso en el que podremos trabajar, aprender y socializar desde cualquier lugar. Esto puede ser especialmente valioso en situaciones en las que los desplazamientos físicos son difíciles o imposibles. También puede ofrecer nuevas formas de entretenimiento, creatividad y exploración que simplemente actualmente no son posibles en el mundo físico.
Uno de los inconvenientes es que la tecnología aún no está completamente preparada para esta realidad, lo que no significa que no estemos avanzando hacia ella. Un claro ejemplo lo hemos visto esta semana con Apple, una de las empresas más grandes y relevantes actualmente presentando al mercado sus gafas de Realidad Mixta, Apple Vision Pro, una apuesta futurista nos da una pista de lo que está por venir.
No son sólo un dispositivo sino un ordenador integrado en unas gafas cuyas pantallas se encuentran directamente delante de nuestros ojos, lo que favorece la inmersión en el entorno, obviando las más que posibles contraindicaciones. Este dispositivo permite cambiar entre la realidad virtual, un entorno totalmente digital, y la realidad aumentada, que integra elementos digitales en nuestra realidad, con el simple giro de una rueda de ahí que su consideración de realidad mixta.
En el metaverso del futuro la línea entre nuestra vida social, laboral y de ocio se difuminará aún más. Imagínate tener reuniones con compañeros que pueden estar en cualquier parte del mundo pero interactuando como si estuvieran físicamente presentes, o asistir a celebraciones de seres queridos, revivir momentos de nuestra vidas como si estuviéramos allí incluso años después. La asistencia profesional en diversas tareas o la realización de cirugías a distancia por médicos expertos serán situaciones habituales en el futuro que nos espera.
Ya por estas fechas existen numerosos entornos virtuales con mayor o menor éxito entre el público general, Second Life, Habbo Hotel y Roblox son algunos los universos que nos permiten vivir una vida paralela a la de nuestra realidad. Son sólo los primeros pasos y aunque han proporcionado un vistazo a lo que podría ser, no se pueden comparar con el metaverso que se está construyendo y del que formaremos parte en un futuro próximo. Desde las Sega VR allá por los 90 hasta las Apple Vision presentadas esta semana por Apple se han creado multitud de dispositivos de realidad virtual/aumentada como pueden ser las Google Glass, las HoloLens de Microsoft, Oculus Rift ahora conocidas como Meta Quest y adquiridas hace ya casi 10 años por Facebook, las Sony Play Station VR y muchas otras.
Todas ellas de uso muy limitado tanto por sus posibilidades como por sus desorbitados precios para el público general o por su dependencia de componentes externos, además de baterías y otros elementos que hacen que éstos no salgan del entorno empresarial u otros más especializados. Es cuestión de solucionar estas limitaciones en nuestra tecnología actual para que todo esto empiece a ser cosa del pasado y pronto tengamos de forma accesible un dispositivo económico de entrada a ese metaverso con el que las grandes sueñan y en el que aun está casi todo por construir, millones de nuevas oportunidades tanto para el usuario como para creadores.
Parece que ya están las apuestas sobre la mesa, por un lado Inteligencia Artificial, por otro la realidad aumentada y/ó virtual, ya en la actualidad podemos saborear porciones de lo que en el futuro será la tarta del metaverso, ese paisaje de ceros y unos donde la realidad y la fantasía se funden, es cuestión de tiempo que todo esto evolucione y se junten todas las piezas para traernos formas hasta ahora inimaginables de interactuar tanto entre nosotros como con los dispositivos y la información que utilizamos a diario. Eso sin tener en cuenta las teóricas posibilidades de lo que nos pueda traer la computación cuántica.
Empezaremos nuestro día trabajando con colegas en un espacio de realidad virtual, donde nuestras reuniones ya no se limitarán a las videoconferencias tradicionales. En lugar de ello, estaremos en un espacio interactivo compartido, manipulando objetos 3D y visualizando datos en formas nunca antes posibles. Las barreras geográficas se desvanecerán, permitiendo una colaboración sin precedentes.
Luego, podríamos ir a un recorrido educativo por el antiguo Egipto o pasear por el sistema solar para un proyecto escolar, todo desde la comodidad de nuestra casa. La educación será totalmente inmersiva, en ella los estudiantes podrán aprender de maneras más interactivas y estimulantes. Después de trabajar podríamos querer relajarnos y disfrutar de un poco de entretenimiento entrando en nuestro juego favorito con amigos, asistir a un concierto del grupo (probablemente virtual también) del momento o incluso disfrutar de una película en un teatro digital con una pantalla gigante, tan grande que ni la vista pueda alcanzar.
En algún momento podríamos querer hacer algunas compras tanto para nosotros como para nuestro avatar y en vez de navegar por una página web pasearemos por tiendas virtuales, probaremos ropa en nuestros avatares y visualizaremos productos en realidad aumentada antes de comprarlos, el comercio electrónico se transformará volviéndose más interactivo y personalizado.
También nos permitirá mantener relaciones sociales más profundas en línea, asistir a reuniones familiares virtuales, celebrar eventos especiales en entornos virtuales impresionantes, creados por nosotros mismos o por otros, o simplemente pasar tiempo con amigos en un espacio virtual privado. Diseñar nuestros propios mundos virtuales, crear experiencias y modelar objetos 3D para luego compartirlos o venderlos a otros hará florecer la creatividad en este espacio compartido.
Avanzamos firmes en el camino hacia el metaverso, ese mundo de posibilidades tanto para el bien como el mal, ya que también traerá consigo nuevas formas de cibercrimen pero eso queda para otro momento. Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo o dejarnos tu opinión abajo utilizando la caja de comentarios.
Desarrollador de software, informático, emprendedor y entusiasta por la tecnología desde tiempos inmemoriales. Inquieto por defecto, curioso por naturaleza, trato de entender el mundo y mejorarlo utilizando la tecnología como herramienta.