La amistad
Era el primer día de clase y Jane ya podía decir que iba a ser un año largo. Estaba sentada en su pupitre, rodeada de niños que no conocía, cuando escuchó una voz desde el pupitre de al lado.
«Hola, me llamo Sarah».
Jane se giró para ver a una chica sonriente con el pelo rizado que la miraba. Se sintió aliviada de tener por fin alguien con quien hablar.
«Hola, soy Jane».
Las dos chicas se hicieron rápidamente amigas. Les unía su amor por los libros y los animales. Pasaban horas hablando y compartiendo historias.
Con el paso de los meses, se hicieron aún más amigas. Se lo contaban todo, confiando la una en la otra como si fueran hermanas.
Entonces, un día, Sarah dejó de ir a la escuela. Jane preguntó por ahí, pero nadie parecía saber dónde había ido. Estaba preocupada y echaba mucho de menos a su amiga.
Unas semanas después, Sarah reapareció. Pero estaba diferente. Estaba más callada y retraída. Jane intentó acercarse a ella, pero era como si fuera otra persona.
Finalmente, Sarah dejó de ir a la escuela. Jane no volvió a verla.
Los años pasaron y Jane creció. Pensaba a menudo en Sarah y se preguntaba qué le había pasado.
Un día, por curiosidad, decidió buscarla. Se sorprendió al descubrir que Sarah había estado entrando y saliendo de la cárcel durante los últimos años.
A Jane se le rompió el corazón. Le hubiera gustado estar ahí para su amiga, pero sabía que ya era demasiado tarde.
A pesar de la distancia que las separaba, Jane seguía considerando a Sarah su mejor amiga. Sabía que habían pasado muchas cosas juntas y que su amistad nunca se olvidaría.
Este texto e imágenes han sido generados por una Inteligencia Artificial, cualquier relación con la realidad es pura coincidencia, o no.