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La enseñanza de Monesvol
En el pequeño pueblo costero de Pastera, los habitantes llevaban generaciones dedicándose a la pesca. Sin embargo, en los últimos tiempos, las redes volvían vacías y el hambre empezaba a cernirse sobre la población. Los pescadores, desesperados, decidieron realizar una plegaria a Monesvol, el Monstruo Espagueti Volador, deidad de los pastafaris.
Las Preguntas del Cosmos
La noticia se difundió rápidamente. Los medios, los aficionados, todos querían un pedazo de aquel fenómeno celeste. Pero para Ana, no era solo una forma curiosa en el cielo; representaba un desafío, una pregunta que demandaba una respuesta.
Una sociedad inmadura
En un rincón olvidado del multiverso, había un planeta llamado Infantópolis, donde sus habitantes, los Infantópolitas, se enorgullecían de ser la sociedad más avanzada de su galaxia. Pero había un pequeño detalle: nunca habían crecido. Literalmente. Todos los Infantópolitas parecían niños de seis años.
Cielos inexplorados en la última frontera desconocida
En una ciudad donde los edificios tocan las nubes y las luces nunca se apagan, es fácil olvidarse del cielo. Pero allá arriba, sobre el brillo del neón y más allá de las altas torres de concreto y cristal, se extiende una vastedad que siempre ha cautivado la imaginación humana.
Infiernos redimidos
Érase una vez, en una ciudad cuyo nombre se había perdido con el tiempo, un hombre llamado Elio. A simple vista, nada en su vida parecía extraordinario. Trabajaba como bibliotecario, vivía en un apartamento modesto y pasaba la mayoría de su tiempo leyendo. Sin embargo, bajo esta máscara de normalidad, Elio ocultaba un secreto: podía ver los infiernos de las personas.