Un usuario interactúa con una interfaz futurista de IA, pantallas holográficas flotando en el aire, mostrando las capacidades de la IA para el reconocimiento de voz y la comprensión del lenguaje natural.

Todos dudábamos de los NFT, nadie duda de las IA

Como ya hemos mencionado en múltiples ocasiones previamente, la revolución de la Inteligencia Artificial es una realidad ineludible, una tecnología que avanza a un ritmo vertiginoso hacia la transformación de nuestro mundo. Paralelamente, los NFT emergieron como una fuerza en el ámbito digital, aún en su infancia y malentendidos por muchos siguen siendo objeto de sorna y desprecio.

En la intersección del debate y la especulación, surge una necesidad crítica de desenredar el hilo de su verdadero valor y potencial. Pongamos en perspectiva cómo la Inteligencia Artificial ya está reconfigurando silenciosamente el tejido de nuestros procesos cotidianos, haciéndolos más eficientes y precisos, frente a la tecnología NFT —frecuentemente reducidos al estatus de ‘imágenes digitales sobrevaloradas’— que en realidad portan en su núcleo una promesa de futuro, un futuro que aún no ha desplegado sus alas completamente.

Antes de sumergirnos en las complejidades y las aplicaciones prácticas que diferencian a la Inteligencia Artificial y los Tokens No Fungibles (NFT por sus siglas en Inglés), es crucial establecer un entendimiento claro de sus fundamentos. Ambas tecnologías han irrumpido en el escenario mundial, adelantándose a sus previsiones de aparición y generando tanto fascinación como confusión. Mientras la IA se ha introducido ya en el tejido de nuestras vidas ofreciendo soluciones tangibles y mejoras palpables, los NFT se sitúan en un terreno más nebuloso, con un potencial que algunos consideran todavía por realizarse. Para discernir por qué una está transformando la realidad ya en la actualidad mientras que la otra permanece en las etapas iniciales de su aplicación práctica, primero debemos comprender con precisión qué son realmente y cómo operan en sus respectivos espacios.

La Inteligencia Artificial es una rama de la informática que permite a las máquinas aprender de las experiencias, ajustarse a nuevas entradas y realizar tareas que normalmente requerirían inteligencia humana, algoritmos que imitan el funcionamiento de las neuronas en nuestros cerebros y cómo éstas interactúan entre sí a través de sus sinapsis. Esto puede incluir cosas como reconocer patrones, procesar lenguaje natural, tomar decisiones y resolver problemas. Imagínalo como una computadora que, en lugar de simplemente seguir instrucciones explícitas, puede adaptarse y mejorar su rendimiento a medida que obtiene más información. Esta capacidad se manifiesta en aplicaciones cotidianas, como los asistentes personales y los sistemas de recomendación en plataformas, hasta avances más sofisticados como la conducción autónoma y los diagnósticos médicos asistidos por computadora.

Los NFT, o tokens no fungibles, son activos digitales que representan la propiedad o prueba de autenticidad de un ítem único a través de la tecnología blockchain, que es el mismo registro distribuido y seguro detrás de las criptomonedas como el Bitcoin. A diferencia de las monedas normales o las criptomonedas, que son fungibles, lo que significa que son intercambiables y cada unidad es igual a otra, cada NFT es único y no puede ser intercambiado en igualdad de condiciones con otro. Piensa en un NFT como un certificado de autenticidad digital para cualquier cosa, desde obras de arte y música hasta artículos de colección en línea, contratos y, potencialmente, cualquier elemento virtual dentro de los espacios digitales como los videojuegos o el metaverso. Estos no solo certifican que la versión digital que posees es «la real» entre muchas copias, sino que también permiten al creador recibir una compensación si la obra se vende a un nuevo propietario.

Lo que comúnmente se etiqueta como Inteligencia Artificial en realidad abarca un espectro amplio de algoritmos y técnicas computacionales. Estos algoritmos están diseñados para realizar tareas que, si se realizasen por humanos, requerirían inteligencia, como analizar grandes conjuntos de datos, reconocer patrones, tomar decisiones y aprender de los errores. Por otro lado, los NFT son una aplicación específica de la tecnología de cadena de bloques o blockchain, que es en sí misma una serie de algoritmos diseñados para distribuir y encriptar información de forma segura y transparente. Mientras que la IA puede variar desde algoritmos simples hasta sistemas complejos de aprendizaje automático, los NFT representan una única funcionalidad dentro del amplio abanico de posibilidades que ofrece la blockchain, sirviendo como un certificado de propiedad o autenticidad para activos digitales.

Por este motivo, debemos partir de la premisa de que lo que llamamos IA y los NFT no son comparables en el sentido estricto; son entidades tecnológicas que operan bajo principios y en esferas distintas. La Inteligencia Artificial es un campo vasto que engloba desde algoritmos básicos hasta redes neuronales avanzadas capaces de autoaprendizaje y adaptación, con aplicaciones que van desde la mejora de la eficiencia operativa hasta la generación de nuevas formas de arte. En cambio, los NFT son manifestaciones específicas de la tecnología blockchain, ofreciendo un método para asegurar la autenticidad y singularidad de los activos digitales. Compararlos sería como contrastar la electricidad con la bombilla: uno es un recurso omnipresente que alimenta una miríada de invenciones, mientras que el otro es un objeto específico que utiliza dicho recurso para un propósito concreto. Reconocer esta distinción es fundamental para apreciar cómo cada uno puede impactar de manera única nuestra vida y la sociedad en general.

Aceptando la realidad de que estamos cotejando dos elementos tecnológicos distintos por naturaleza, es esencial entender por qué uno ha catalizado una revolución en innumerables sectores y el otro ha enfrentado obstáculos en su camino hacia la adopción masiva. La Inteligencia Artificial ha desplegado sus alas por todo el espectro profesional, reinventando métodos de trabajo y fomentando innovaciones disruptivas. En contraste, los NFTs han luchado por ganar terreno fuera de los círculos especulativos, con muchos cuestionando su valor más allá de los mercados financieros.

El escepticismo inicial hacia los NFT no fue infundado; salvo aquellos que los veían como una oportunidad para obtener rápidos beneficios económicos, muchas veces a través de prácticas poco éticas, su valor para el usuario promedio permanecía nebuloso. El fallo, tal vez, comenzó con su propuesta de valor inicial. Los NFTs fueron promocionados principalmente como portadores de arte digital y coleccionables, una idea que no resonó con la necesidad o deseo del usuario común. En lugar de presentar un propósito funcional claro, se enfocaron en la exclusividad y la propiedad de activos digitales, conceptos que, sin una aplicación tangible y cotidiana, resultaban ser más abstractos que revolucionarios.

El camino de los NFT ha sido en gran parte definido por el arte y la especulación, mientras que su potencial en aplicaciones prácticas —como la gestión de derechos digitales, la identificación en el metaverso o incluso como medio para asegurar la trazabilidad de productos y servicios en diversas industrias— todavía no ha sido plenamente explorado ni adoptado. Esta tecnología, a pesar de su estancamiento inicial, no carece de futuro, sino que aguarda un rediseño de su narrativa y funcionalidad para capturar el interés y satisfacer las necesidades del público en general.

Sin embargo la IA se ha integrado de manera más orgánica y práctica en la vida cotidiana convirtiéndose en una herramienta que mejora los procesos existentes y abre puertas a nuevos horizontes, a menudo sin que el usuario final sea consciente de su presencia. Desde filtros de spam inteligentes en nuestros correos electrónicos hasta sistemas de recomendación que anticipan nuestras preferencias de compra y nos ayudan y ayudarán a simplificar la gestión de nuestras tareas cotidianas, tanto en el trabajo como en la vida personal. Aunque ello no evita que también existan especuladores y auto denominados gurús subiéndose al barco de una tecnología que ni comprenden, pero eso existirá siempre desgraciadamente.

No es IA todo lo que procesa

La tecnología NFT sustentada por la robustez de la blockchain abrirá el camino a un replanteamiento de cómo entendemos la propiedad y el intercambio de bienes digitales. A pesar de que la adopción masiva todavía está en sus fases iniciales, la blockchain ya está demostrando su valía en una variedad de aplicaciones que van mucho más allá de las criptomonedas. Desde la verificación segura de identidades hasta la ejecución de contratos inteligentes que se auto cumplen, la tecnología está sentando las bases para un futuro más transparente, eficiente y seguro.

Algo similar a los NFT se utiliza actualmente en videojuegos como FIFA, Fortnite, Roblox, GTA y tantos otros. Juegos en los que los usuarios gastan su dinero en adquirir activos digitales que puedan diferenciar a sus personajes del resto, forma de monetización que no solo ha prosperado sino que han redefinido el modelo de los bienes digitales en los videojuegos, que a pesar de su naturaleza intangible, capturan el compromiso y el gasto de los consumidores de una manera sin precedentes, moviendo miles de millones de euros al año. Activos digitales que en la actualidad carecen de propiedad y exclusividad real para el usuario, funcionando más como licencias temporales que como posesiones tangibles.

Los NFT, o una tecnología similar, transformarán este paradigma, ofreciendo una propiedad verificable y transferible de los activos digitales. En el emergente universo virtual —ese metaverso que algunos aún cuestionan pero que inexorablemente se acerca a convertirse en un componente central de nuestra realidad digital—, los NFTs podrían actuar como pilares de autenticidad y exclusividad. Imagina una era donde los avatares y sus accesorios no sean meros píxeles en una pantalla, sino bienes poseídos con la misma legitimidad y exclusividad que un bien raíz o una obra de arte. En este espacio, donde lo virtual y lo real comienzan a fusionarse, los NFTs proporcionarían un marco de propiedad claro y sin disputa.

Las inversiones considerables que gigantes tecnológicos y empresas de entretenimiento están realizando en el desarrollo de plataformas metaverso son un testamento de la confianza en esta futura realidad. No es solo una apuesta a ciegas, sino una visión estratégica fundamentada en la tendencia creciente de la digitalización de nuestras vidas. Los NFTs, por lo tanto, no deben ser vistos como una moda pasajera o una mera curiosidad de nicho; al contrario, son precursores de un cambio significativo en la percepción y gestión de la propiedad digital. Si eres joven y en un futuro te planteas montar tu propio negocio, estate atento, investiga, prueba y analiza las diferentes nuevas formas de mercado que surgen y surgirán en el futuro más cercano cuando parte de nuestras vidas sea totalmente digital.

Dudas sobre los NFT hay muchas, puede que hasta sea otra tecnología diferente basándose en el mismo concepto, pero la dirección en la que avanza la tecnología y la economía digital sugiere que estos activos encontrarán su lugar y su propósito. A medida que el metaverso se convierte en un componente más integral de nuestra existencia digital, la necesidad de un sistema de propiedad bien definido se volverá imperativa.

En cuanto a la Inteligencia Artificial (IA), su presencia se ha vuelto tan omnipresente que dudar de su eficacia es casi un ejercicio de nostalgia por tiempos más analógicos, o por ego. La IA no es solo una herramienta futurista, sino un colaborador actual que está transformando la forma en que trabajamos, aprendemos y resolvemos problemas cotidianos. Si aún no estás convencido de su valor práctico, te animo a que la pongas a prueba, aun encima es gratis y tan sencillo como escribirle una petición, guiarla y permitir que nos guíe, nada muy diferente a la interacción que tendrías con un compañero de trabajo.

Imagina que estás elaborando un informe de ventas y te encuentras en un punto muerto. Con la IA, no necesitas navegar por interminables menús de ayuda o buscar tutoriales en línea; simplemente le dices: “Estoy creando un informe para ventas y me he quedado atascado en cómo proyectar las tendencias del próximo trimestre, ¿Puedes ayudarme?”. Esta te ofrecerá soluciones en tiempo real, más o menos certeras dependiendo de los requisitos y la información proporcionada, pero te aseguro que como mínimo te sorprenderá. Utiliza el procesamiento del lenguaje natural para entender tu consulta, el aprendizaje automático para personalizar sus respuestas basándose en tus patrones de trabajo previos, y su vasto acceso a datos para proporcionarte las proyecciones más precisas posibles, básandose en casos de uso previos.

Han sido entrenados con una ingente cantidad de información, tal que ni en una vida seríamos capaces de leer entera, saben relacionar patrones y se basan en el conocimiento humano anterior para proporcionar sus respuestas, ya en su estado actual son capaces de superar en eficiencia a un humano medio, con esto me refiero a que tiene conocimientos intermedios en muchos más campos de los que la media de los seres humanos podemos abarcar, no a que todos seamos inútiles 😊

Pero su utilidad se extiende más allá de ser un mero auxiliar en tareas. La IA está redefiniendo sectores enteros. En la medicina, por ejemplo, está mejorando los diagnósticos y personalizando los tratamientos. En el sector financiero, previene el fraude y optimiza las inversiones. En la educación, ofrece itinerarios de aprendizaje adaptativos y asistencia personalizada. La lista es interminable. Se está convirtiendo también en un socio creativo, ayudando a diseñar productos, escribir código, crear videojuegos, incluso a generar arte y música. Está democratizando la creatividad y la innovación, el acceso al conocimiento, permitiendo que aquellos sin estudios técnicos específicos en un campo puedan traer sus ideas a la vida con una facilidad sin precedentes.

Resumiendo, la IA no es solo un cambio de juego, es el creador de nuevos juegos. A medida que esta tecnología sea integrada en nuestras vidas su capacidad para mejorar nuestra eficiencia y ampliar nuestra creatividad solo se hará más profunda. Y a diferencia de los NFTs, cuya ruta hacia la utilidad práctica es más exploratoria y conceptual, la IA ya está firmemente arraigada en la realidad tangible del presente, reconfigurando las bases mismas de nuestras actividades diarias y profesiones.

Ambas tecnologías han venido para dar forma a un entorno digital al que nos dirigimos con paso firme y que en un futuro no muy lejano formará parte de nuestras vidas como la electricidad o internet hoy en día: omnipresentes e indispensables. No se trata de una visión distópica de la inteligencia superando al humano, sino de una herramienta diseñada para trabajar en simbiosis con nosotros, ampliando nuestras capacidades y permitiéndonos alcanzar logros que antes eran impensables.

Los NFT han tenido una ruta más espinosa hacia la aceptación masiva y su propósito aún está esperando su lugar, representan una noción emergente de propiedad y valor en el ámbito digital. Su potencial para revolucionar las industrias creativas, los derechos de propiedad y la autenticación de bienes no debe subestimarse. La IA, en particular, ha madurado enormemente, su accesibilidad y facilidad de uso se han incrementado, lo que permite que incluso los novatos en la materia puedan aprovechar sus ventajas con una curva de aprendizaje mínima. Experimenta con asistentes de IA para tareas cotidianas o utiliza herramientas analíticas avanzadas para obtener insights en tu trabajo. La experiencia puede ser reveladora y, lo más probable, es que encuentres múltiples maneras en las que la IA puede facilitar tus tareas diarias de formas que nunca imaginarías.

La evolución digital se está produciendo rápidamente ante nosotros, no permitas que te deje atrás. Integra asistentes basados en IA, como ChatGPT, en tus actividades diarias y pronto descubrirás cómo se reduce significativamente el tiempo que les tienes que dedicar, sin darte cuenta tendrás un compañero de trabajo al que poder subdelegar tareas mientras tú te dedicas a otras.

El futuro se está construyendo y ya puedes formar parte de él. Si no sabes como utilizarlo o no te entiendes con él, deja tu caso en los comentarios e intentaremos crear un artículo de uso práctico de principio a fin, explicando los diferentes modelos y versiones, cómo utilizarlos, dónde y algún caso de uso. Aunque en nuestro artículo “Analizando las respuestas de los diferentes modelos de IA” puedes hacerte una idea de cómo utilizarla. Espero esto te ayude a ver con un poco más de perspectiva estas tecnologías y hacerte una idea del apasionante mundo al que nos dirijimos.

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