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La Santa Compaña
La noche era fría y oscura en el pequeño pueblo gallego de San Xoán. Marcos, un joven pastor, había salido a buscar a su oveja perdida que se había escapado del redil. Llevaba una linterna y un bastón, y silbaba una canción para espantar el miedo.

Oda a la felicidad
Oh, felicidad, tesoro inigualable
Que llena de luz el alma y el corazón
Eres la brisa que acaricia la piel
Y el sol que ilumina el camino de la vida.

Aquellos maravillosos años
Lucía cerró el álbum de fotos con nostalgia. Habían pasado más de veinte años desde que se graduó en el instituto, pero aún recordaba con cariño a sus amigos de la adolescencia. Eran los años noventa, y todo parecía más sencillo y divertido entonces.

Evolución
Había una vez un mundo muy diferente al nuestro. Un mundo en el que la vida apenas comenzaba a florecer y todo era nuevo y desconocido. En este mundo vivían unas criaturas muy especiales llamadas los Evos. Eran seres pequeños y curiosos que tenían la habilidad de cambiar y evolucionar con el tiempo.

El resurgir del ave Fénix
Érase una vez, en el antiguo reino de Ignisia, una mítica fénix llamada Solara que gobernaba la tierra. Era una reina benévola, conocida por su sabiduría y las propiedades curativas mágicas de sus plumas doradas. Se decía que una sola pluma de Solara podía curar cualquier enfermedad y traer prosperidad a quien la poseyera. El pueblo de Ignisia vivía en armonía y prosperaba bajo su reinado.