La imagen muestra una vista panorámica de un túnel cósmico digital, rebosante de corrientes de luz que representan el flujo de datos contra el telón de fondo de un cielo estrellado y una galaxia lejana. Se aprecia la curvatura de la Tierra en la base, emitiendo un suave resplandor azul, mientras el túnel de información se sumerge en un horizonte cálido y radiante, sugiriendo la intersección de la tecnología y el espacio exterior.

Todo lo que necesitas saber sobre el servicio VPN

Entre las herramientas diseñadas para fortalecer la seguridad en línea, los servicios de Red Privada Virtual (VPN, por sus siglas en inglés) destacan por su eficacia y versatilidad. Pero, ¿qué es exactamente una VPN y cómo surgió esta tecnología? En este artículo, exploraremos desde los orígenes de la VPN hasta su funcionamiento, pasando por varios ejemplos de servicios VPN gratuitos, y cómo estos impactan en nuestra privacidad, una tecnología que permite conectarse de forma segura a través de internet a cualquier punto determinado del planeta.

¿Qué es?

Según la Wikipedia, en el sentido más estricto de la palabra, una VPN es:

Una red privada virtual (RPV) (en inglés, virtual private network, VPN) es una tecnología de red de ordenadores que permite una extensión segura de la red de área local (LAN) sobre una red pública o no controlada como Internet. Permite que el ordenador en la red envíe y reciba datos sobre redes compartidas o públicas como si fuera una red privada, con toda la funcionalidad, seguridad y políticas de gestión de una red privada. Esto se realiza estableciendo una conexión virtual punto a punto mediante el uso de conexiones dedicadas, cifrado o la combinación de ambos métodos

Pero olvidemos los términos más técnicos, estamos hablando de una tecnología que permite crear una conexión segura sobre una red menos segura, como Internet. Imagina que vives en una ciudad donde los mensajes se envían a través de un sistema de mensajería pública. Este sistema es eficiente pero no particularmente seguro; cualquiera que tenga acceso a estos mensajeros podría interceptar tu mensaje y leer su contenido. Ahora, supongamos que necesitas enviar una carta importante y privada a un amigo que vive en otra parte de la ciudad. Te preocupa que alguien más pueda interceptar esta carta y conocer tus secretos.

Aquí es donde entra en juego la tecnología VPN, actuando como una especie de servicio de mensajería especializado y seguro. En lugar de entregar tu carta abierta a través del sistema de mensajería pública, la pones en una caja fuerte pequeña y resistente. Solo tú y tu amigo tenéis la llave para abrir esta caja fuerte. Luego, esta caja se entrega a un mensajero confiable que se mueve a través de la ciudad por un camino secreto y protegido. El mensajero, que actúa en nombre del servicio VPN, no se detiene en el sistema de mensajería pública de la ciudad, sino que va directamente a la casa de tu amigo, evitando cualquier posibilidad de interceptación. Una vez que la caja fuerte llega a su destino, tu amigo utiliza su llave para abrirla y leer tu mensaje en privado.

Además de proteger el contenido de tu carta, el servicio de mensajería especial (VPN) tiene otra característica esencial: puede disfrazar el punto de origen de la caja fuerte. Incluso si alguien viera al mensajero, parecería que la caja proviene de una dirección completamente diferente a la real. Esto añade una capa extra de anonimato a tu comunicación, similar a cómo una VPN oculta tu dirección IP real y hace parecer que tu tráfico de Internet proviene de otro lugar, en cualquier parte del mundo.

Orígenes

La necesidad de redes privadas virtuales se remonta a los inicios de Internet, cuando las conexiones seguras eran esenciales para la comunicación empresarial y gubernamental. Inicialmente, las VPN se utilizaban para conectar redes distantes dentro de la misma organización, permitiendo que los recursos informáticos se compartieran de forma segura a través de diferentes ubicaciones. Sin embargo, con el crecimiento exponencial de Internet y la digitalización de numerosos aspectos de nuestras vidas, el uso de VPN se ha extendido al gran público, ofreciendo una capa adicional de seguridad para todos los usuarios en línea.

A medida que el trabajo a distancia comenzó a ganar popularidad a finales de los años 90 y principios de los 2000, las VPN adquirieron un nuevo rol: proporcionar a los empleados un acceso remoto seguro a la red de la empresa. Esto no solo aumentó la flexibilidad y la productividad de los trabajadores sino que también planteó nuevos desafíos en términos de gestión de la seguridad y el acceso.

Con el tiempo, la tecnología VPN se democratizó y extendió más allá del ámbito corporativo, llegando al gran público. La creciente preocupación por la privacidad en línea, junto con la necesidad de sortear restricciones geográficas en el acceso a contenido en Internet, impulsó el desarrollo de servicios de VPN dirigidos a consumidores individuales. Hoy en día, las VPN son utilizadas por millones de personas alrededor del mundo para proteger su privacidad en línea, acceder a contenido restringido y asegurar sus transacciones en Internet.

Funcionamiento

El funcionamiento de una VPN puede entenderse mediante tres componentes clave: el cifrado, el túnel y los servidores VPN. Cuando te conectas a una VPN, tu dispositivo establece una conexión cifrada con un servidor VPN. Esta conexión se conoce como «túnel VPN», y actúa como un conducto seguro por el que puede fluir tu tráfico de Internet, protegiéndolo de miradas indiscretas. El servidor VPN, por su parte, se encarga de enviar tu tráfico a Internet, haciéndolo aparecer como si proviniera de su propia ubicación, en lugar de la tuya.

Imagina que tienes un diario lleno de secretos que quieres enviar a un amigo, pero temes que alguien más lo lea en el camino. En el mundo digital, el cifrado actúa como un lenguaje secreto que solo tú y tu amigo pueden entender. Cuando utilizas una VPN, tu dispositivo «traduce» la información que envías a Internet a este lenguaje secreto. Incluso si alguien intercepta tu diario, todo lo que verán serán garabatos incomprensibles. Este proceso de traducción es lo que llamamos cifrado, y es lo que mantiene tus datos seguros y privados mientras viajan por la red.

Ahora, imagina que entre tu casa y la de tu amigo hay un pasadizo secreto subterráneo por donde puedes enviar tu diario cifrado sin que nadie lo vea. En el mundo de las VPN, a este pasadizo lo llamamos «túnel». Cuando te conectas a una VPN, estás creando un túnel virtual desde tu dispositivo hasta el servidor VPN. Este túnel es privado y seguro, lo que significa que toda la información que viaja por él está protegida de miradas externas. Es como si tuvieras tu propio camino privado a través del vasto mundo de Internet, lejos de los ojos curiosos.

Finalmente, imagina que al final del túnel, en lugar de entregar el diario directamente a tu amigo, se lo das a un mensajero que vive cerca de él. Este mensajero es de confianza y se encarga de llevar el diario desde su casa hasta la de tu amigo. En el mundo de las VPN, este mensajero es el servidor VPN. Una vez que tu información cifrada llega al servidor VPN a través del túnel seguro, el servidor «traduce» nuevamente la información a su forma original y la envía a su destino final en Internet. Lo interesante es que, para el mundo exterior, parece que el mensajero (el servidor VPN) es el que envía la información, no tú. Esto oculta tu verdadera ubicación y hace que tu actividad en línea sea anónima.

VPN como aliado contra la censura

En el escenario global actual, la libertad en Internet no es un derecho garantizado en todas partes. En numerosos países, gobiernos y autoridades imponen restricciones sobre el acceso a ciertos sitios web, servicios y plataformas en línea, en un intento por controlar la información y restringir la libertad de expresión. Desde el bloqueo de plataformas de redes sociales hasta la censura de contenido político o cultural, estas restricciones no solo limitan el acceso a la información sino que también asfixian la libre expresión y el intercambio de ideas. Es aquí donde las VPN emergen como una herramienta vital en la lucha contra la censura.

Al crear un túnel cifrado entre el dispositivo del usuario y un servidor VPN ubicado en una región sin restricciones, las VPN permiten a los usuarios «saltar» las barreras digitales impuestas por la censura. Este proceso no solo protege la identidad y la actividad en línea del usuario sino que también hace posible acceder a contenidos bloqueados o filtrados por el gobierno o el ISP (Proveedor de Servicios de Internet). De esta manera, las VPN se han convertido en una herramienta indispensable para periodistas, activistas, y cualquier persona que busque preservar su derecho a la información y la libre expresión en entornos altamente restrictivos.

En contextos donde la censura es prevalente, la elección de un proveedor de VPN confiable y seguro se vuelve crucial. No todas las VPN son iguales, y algunas pueden ser más eficaces que otras para superar las restricciones específicas de una región. Además, es fundamental elegir servicios que prioricen la privacidad y la seguridad del usuario, evitando aquellos que puedan comprometer la información personal o el anonimato.

Su relación con la privacidad

En un mundo donde, cada vez más, nuestros pasos digitales son constantemente monitoreados, la privacidad en línea se ha transformado en una moneda de cambio preciada. La Red Privada Virtual (VPN) surge como un baluarte en la defensa de esta privacidad, pero su eficacia está intrínsecamente ligada a la elección del proveedor adecuado. Cuando activas una VPN, creas un puente cifrado entre tu dispositivo e Internet. Este puente, o túnel, enmascara tu dirección IP, que es esencialmente tu identificador único en la red. Al ocultar esta dirección, las VPN hacen mucho más difícil para los sitios web, los anunciantes y los posibles espías en línea rastrear tus actividades en Internet o determinar tu ubicación física.

Además, el cifrado que ofrece una VPN significa que incluso si tus datos son interceptados, serían indescifrables para quien los captura. Este nivel de seguridad es vital cuando te conectas a redes Wi-Fi públicas, por ejemplo, que a menudo son terrenos de caza para aquellos que buscan robar información personal. Sin embargo, no todas las VPN ofrecen el mismo nivel de privacidad y seguridad. Las VPN gratuitas, en particular, presentan un dilema. Aunque pueden parecer atractivas por su costo cero, a menudo tienen limitaciones en términos de velocidad y cantidad de datos. Más preocupante aún, algunos proveedores de VPN gratuitas han sido acusados de registrar la actividad de sus usuarios y vender esos datos a terceros, lo que representa un riesgo significativo para la privacidad.

La elección de un proveedor de VPN confiable es crucial. Aquí te dejo algunas pautas para asegurar que tu VPN sea un aliado en tu privacidad, y no una amenaza:

Uso del servicio

ProtonVPN, desarrollada por los creadores de ProtonMail, es conocida por su enfoque en la seguridad y privacidad. Ofrece una política estricta de no registros, una sólida protección contra fugas de DNS y un cifrado de nivel militar. Además, ProtonVPN incluye Secure Core, una función que pasa tu tráfico a través de múltiples servidores antes de salir a Internet, aumentando significativamente la protección contra ataques de red. Aunque ProtonVPN ofrece un plan gratuito limitado, sus planes de pago proporcionan mayores velocidades, más servidores y características adicionales. Otra opción a considerar, sería Windscribe, que también destaca por su compromiso con la privacidad y seguridad del usuario.

Bastaría con descargarnos sus respectivas aplicaciones de las tiendas oficiales para empezar a utilizar el servicio siguiendo los pasos indicados por cada uno de los proveedores, son aplicaciones por lo general muy intuitivas y fáciles de utilizar, crear cuenta, seleccionar servidor y conectar, mientras estemos conectados a la VPN toda la información del dispositivo viajará a través de la misma, tanto navegación web como mensajería, ocio, etc.

La disponibilidad de regiones y la cantidad de servidores varían según el plan suscrito. Los planes gratuitos suelen ofrecer opciones básicas con un número limitado de regiones y servidores, lo que puede resultar en velocidades más lentas durante horas pico debido a la alta demanda. Por otro lado, los planes de pago generalmente brindan acceso a una red más amplia de servidores distribuidos en múltiples países, asegurando así una conexión más rápida y estable, además de una mayor selección de contenido global.

Auto hospedaje

Frente a las incertidumbres que rodean a los servicios de VPN, especialmente los gratuitos, una alternativa es el auto hospedaje de tu propia VPN en servidores contratados. Esta opción te brinda un control total sobre la infraestructura y los protocolos de seguridad, asegurando que tu conexión VPN esté ajustada a tus necesidades específicas. El auto hospedaje de una VPN en servidores contratados ofrece varias ventajas significativas. Primero, elimina la preocupación sobre la política de registros del proveedor, ya que tú tienes el control completo sobre los datos almacenados. Segundo, permite una personalización detallada de los protocolos de cifrado y seguridad, adaptando la VPN a tus requisitos exactos. Finalmente, te ofrece la posibilidad de escoger la ubicación geográfica del servidor, lo que puede ser crucial para sortear la censura o acceder a contenido restringido geográficamente.

Existen diversas herramientas y servicios que facilitan el despliegue de tu propia VPN, como OpenVPN, WireGuard®, entre otros. Sin embargo, el auto hospedaje de una VPN no está exento de desafíos, requiere un conocimiento técnico mínimo para configurar y mantener la VPN, lo que puede ser un obstáculo para muchos usuarios. También es responsabilidad del usuario asegurarse de que el software de la VPN esté actualizado y protegida contra vulnerabilidades.

Gracias a herramientas de virtualización modernas como Docker podemos desplegar un servicio como el de VPN en cuestión de minutos sin tener que entrar en tediosas y extensas tareas de configuración del servidor y los servicios relacionados. Asegúrate de que Docker esté instalado en tu máquina local. Si aún no lo has hecho, puedes encontrar las instrucciones de instalación en la página oficial de Docker, en nuestro caso utilizaremos el software de VPN por excelencia OpenVPN.

Vamos a utilizar una imagen de Docker preparada para OpenVPN. Abre una terminal y ejecuta el siguiente comando para preparar los archivos de configuración de OpenVPN. Para un entorno local, puedes usar localhost o la IP local de tu máquina como el nombre de dominio, esto puede cambiar al desplegar a producción. Utiliza este comando para preparar los archivos de configuración de OpenVPN, asegurándote de estar en el directorio donde deseas que se almacenen estos archivos. Este comando creará una carpeta llamada openvpn-data en tu directorio actual y colocará allí la configuración:

docker run -v $(pwd)/openvpn-data/conf:/etc/openvpn --rm kylemanna/openvpn ovpn_genconfig -u udp://localhost

Ejecuta el siguiente comando para inicializar el PKI (Infraestructura de Clave Pública) y generar los certificados necesarios:

docker run -v $(pwd)/openvpn-data/conf:/etc/openvpn --rm -it kylemanna/openvpn ovpn_initpki

Esto te solicitará varias contraseñas para generar una clave privada que se utilizará para firmar y asegurar la comunicación entre el servidor VPN y los clientes. Es crucial recordar esta contraseña, ya que será necesaria para firmar nuevos certificados en el futuro o realizar cambios en la configuración del servidor VPN. También te pedirá los datos para tu Autoridad Certificadora (CA, por sus siglas en inglés), como el nombre del país, de la entidad y otros datos organizativos. Estos datos son fundamentales porque ayudan a identificar el emisor de los certificados, añadiendo una capa adicional de autenticidad y seguridad a tu infraestructura de VPN.

Una vez proporcionados estos detalles, el comando procederá a crear el CA, la clave privada del servidor, y otros archivos necesarios para el funcionamiento de tu servidor VPN. Este paso establece la base de la seguridad de tu VPN, asegurando que todos los datos transmitidos estén cifrados y solo puedan ser descifrados por las partes que posean los certificados correspondientes generados bajo esta CA. Es el corazón de tu seguridad en VPN, permitiéndote confiar en que la comunicación entre tus dispositivos y el servidor VPN es privada y segura.

Ya podemos iniciar nuestro servidor con este comando, que configura Docker para usar los archivos de configuración en tu directorio actual:

docker run -v $(pwd)/openvpn-data/conf:/etc/openvpn -d -p 1194:1194/udp --cap-add=NET_ADMIN kylemanna/openvpn

El parámetro --cap-add=NET_ADMIN añade capacidades al contenedor, específicamente NET_ADMIN, que es necesario para que el contenedor modifique la configuración de red del sistema. En el contexto de OpenVPN, permite al contenedor configurar interfaces de red y reglas de enrutamiento, que son esenciales para el funcionamiento de un servidor VPN.

Por último y para que nuestros dispositivos puedan hacer uso del servicio tenemos que generar un archivo de configuración para cada cliente que se conectará a él. Reemplaza CLIENTNAME con un nombre único para cada cliente:

docker run -v $(pwd)/openvpn-data/conf:/etc/openvpn --rm -it kylemanna/openvpn easyrsa build-client-full CLIENTNAME

De nuevo nos solicitará una contraseña que será la que el cliente utilizará después a la hora de conectar a nuestra VPN y la contraseña de administración del servidor en sí, que establecimos en el paso anterior. Ahora procedemos a generar los ficheros necesarios para poder conectar los clientes a nuestro servicio fácilmente con el comando:

docker run -v $(pwd)/openvpn-data/conf:/etc/openvpn --rm kylemanna/openvpn ovpn_getclient CLIENTNAME > $(pwd)/openvpn-data/conf/CLIENTNAME.ovpn

Este fichero (CLIENTNAME.ovpn) ha de ser enviado al dispositivo que hará uso del servicio mediante algún medio seguro, evitando en la medida de lo posible otros servicios sin cifrar como el correo electrónico. Se utilizará para configurar la conexión al servicio en el dispositivo utilizando el cliente, el de OpenVPN está disponible para todas las plataformas móviles, Android e iOS. Sabiendo esto, sólo sería cuestión de utilizar un servidor gestionado por nosotros o contratarlo si no disponemos de ninguno para desplegar nuestra VPN virtualizada con Docker.

Damos por terminado el viaje por el maravilloso mundo de las redes privadas virtuales no sólo equipados con el conocimiento para salvaguardar nuestra privacidad, sino también con una mayor comprensión de por qué es esencial tomar estas medidas. En un mundo dónde decisiones totalmente arbitrarias pueden afectarnos en algo tan esencial como las comunicaciones, herramientas como las VPN se convierten en bastiones de libertad individual y colectiva.

La privacidad en línea y la libertad de información son piedras angulares de una sociedad democrática verdadera. Mientras avanzamos en esta era digital, enfrentándonos a retos cada vez más complejos, es imperativo recordar que la tecnología que elegimos y cómo decidimos utilizarla puede tener un impacto profundo en nuestra libertad. Las decisiones que tomamos hoy sobre nuestra privacidad y seguridad en línea no solo modelan nuestro mundo digital inmediato, sino que también establecen un precedente para las generaciones futuras. ¡Protejámoslo!

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