La primera expedición, primera parte
Ada despertó en su habitación con una sensación de excitación en su interior, sería su primera salida y tenía muchas ganas de demostrar de lo que era capaz, tras una pequeña ducha se vistió con ropa ligera como le habían indicado y se dirigió al comedor en busca de algo para desayunar.
Allí ya se reunían algunos de sus compañeros de expedición para desayunar juntos como de costumbre. Estaban tan tranquilos entre risas y bromas, al ver a Ada, uno de ellos le invitó a sentarse.
«Buenos días, Ada ¿Preparado para tu primer día de trabajo? Puedes estar tranquilo saldremos de día ya que no entraremos a ningún lugar que requiera ocultarnos especialmente por lo que no debería haber mucho problema. Desayuna y cuando termines nos vamos al almacén a equiparnos».
Terminaron de desayunar y juntos se dirigieron al almacén dónde Yak el líder del grupo les explicaba el plan, tenían que conseguir algo de alimentos no perecederos para reponer la reserva, no debería ser una tarea muy complicada rebuscando en los desperdicios de la ciudad vecina sin tener que llegar a entrar en ella. Ada estaba a la par emocionado que asustado, «La primera vez supongo que será normal tener dudas y nervios», pensaba.
Escuchaba con atención mientras el líder explicaba el plan después de recoger las herramientas necesarias, unas mochilas para cargar el botín, unas ganzúas y una pistola de rayos que llevaría el líder para inhabilitar los sistemas de los robots si fuera necesario, tras registrar todo lo que se llevaban en uno de los documentos destinados para ello posado en el mostrador de la entrada, dónde inalterable, se encontraba Pet sentado en su sillón, «No me distraigáis mucho que empieza la película», ya tenía constancia de ellos y lo que se llevarían, los conocía de hace mucho tiempo y no iba a hacer ni amago de controlar lo que cargaban y registraban, estaba concentrado configurando los parámetros de la película que se disponía a ver y se fiaba de ellos casi ciegamente.
«¿Qué papel tienes hoy Pet?» le pregunta Yak mientras se acerca a rellenar el documento de retiradas,
– «Hoy me apetece ser el villano, sembrar el caos por la ciudad y derrotar a Batman, un antiguo personaje considerado héroe por algunos y villano por muchos».
– «En esta vida alguien tiene que hacer el papel del malo a veces. No podría existir el bien si no fuera por el mal» replicó, «Ya me contarás como termina».
– «Qué sabias palabras Yak, al menos en la ficción es necesaria, ya te contaré, ni yo lo sé por ahora», respondió Pet soltando una leve carcajada.
– «Suerte ahí fuera chicos, tomad todas las precauciones necesarias que esto no es una película, ya me encargo yo de actualizar el registro de lo que os llevaís en los servidores».
– «Las tendremos, tenlo por seguro» dijo Yak mientras se dirigía al grupo para juntos empezar su camino.
«Vas a conocer una de nuestras salidas secretas Ada, ya formas parte de esto, hay muchas más pero las irás conociendo con el paso del tiempo, las guardamos en secreto por seguridad y todo el mundo las va descubriendo progresivamente, probablemente ni X las conozca todas.»
Se pusieron en marcha hacia la salida con destino al depósito de residuos de al lado, no era muy lejos pero caminarían durante al menos una hora para llegar hasta allí y pasarían allí el día entero para aprovechar el tiempo al máximo buscando recursos útiles, iban principalmente a por comida pero no podían dejar pasar la oportunidad de recoger todo aquello que pudiera serles de utilidad.
Durante un buen rato caminaron por los fríos y húmedos túneles, dos orbes luminosos les seguían la marcha dejando ver restos de maquinarias, materiales de construcción, hierros y todo tipo de despojos que tenían que ir sorteando y esquivando, era muy fácil hacerse un rasguño sin querer, había que estar muy atento. En un momento Yak extendiendo su dedo índice hacia un poco más adelante, hacia el lado derecho del túnel dónde un pequeño resquicio en la pared podía divisarse, señalaba el lugar de salida.
«Ahí está, un poco más adelante, tenemos que tener cuidado al abrir la escotilla, no sabemos qué puede haber ahí fuera, primero abriré yo y vosotros esperaréis abajo, necesito que uno de vosotros permanezca a media escalera por lo que pudiera ocurrir, una vez compruebe que no hay peligro os haré una señal para que subáis, a partir de este momento poneros esto en la frente», le entrega a cada uno una de las pegatina de evasión que permite eludir los mecanismos de identificación de los robots vigilantes.
«Aunque no sea totalmente efectivo nos sacará de apuros en muchas ocasiones, recordad que es reutilizable así que no la tiréis, si se despega emite una pequeña vibración a vuestro dispositivo para que os déis cuenta, ¡de todas formas si véis a un compañero sin ella avisadlo, ¡somos un equipo y tenemos que actuar cómo tal!»
Extrañamente motivados sin siquiera Yak pretenderlo atienden a lo que éste les dice cómo si la vida les fuera en ello y es que no tenían otra alternativa, ahí fuera podrían esperarse cualquier cosa, la cooperación del grupo era vital para su superviviencia.
«Esta salida da a un lugar bastante desierto por lo que no deberíamos tener muchos problemas, cerca tenemos unas instalaciones abandonadas que podremos utilizar como cobertura para llegar hasta el depósito, estad atentos a mis indicaciones y activad el mapa para no perderos, aquí está nuestro objetivo y aquí, a medio camino, el paso intermedio», les dijo mientras señalaba las ubicaciones en el mapa holográfico de su propio dispositivo.
Era un mapa detallado de la parte del exterior más cercana, casi todo en kilómetros a la redonda estaba señalado en él aunque podría no estar actualizado, la información la recogían ellos mismos en sus expediciones y las integraban en sus sistemas informáticos.
Una vez que Yak terminó de hablar se acercó a la escotilla y comenzó a abrirla con precaución, otro de los buscadores subió a mitad de escalera siguiendo sus indicaciones mientras los demás esperaban abajo.
Con la escotilla abierta y una determinación implacable en su mirada, un gesto fuerte y decidido extendió su brazo hacia sus compañeros invitándolos a unirse a él en el exterior, una muestra de fortaleza y confianza en sí mismo, podían estar tranquilos mientras él estuviera allí.
Sin pensárselo, replicaron sus pasos, uno a uno fueron subiendo hasta que el último cerró la escotilla tras de sí, el sol era cegador y el calor apabullante, se notaba el cambio de temperatura en la piel cómo si una mano abierta la hubiera golpeado, menos mal que le habían advertido sobre la ropa, parecía que iban a sudar.
Desarrollador de software, informático, emprendedor y entusiasta por la tecnología desde tiempos inmemoriales. Inquieto por defecto, curioso por naturaleza, trato de entender el mundo y mejorarlo utilizando la tecnología como herramienta.