40 cumpleaños, primera parte
Llevaba meses planeándolo, la fecha de cumpleaños de Kai ya estaba aquí y no quería defraudar, quizá fuera el último. La radiante luz solar penetraba las amplias vidrieras de su habitación, casi cegándolo, la cama era tan grande que podía extenderse a lo largo y ancho sin tocar los bordes, flotaba en una nube suave y mullida pero era hora de empezar la jornada, contemplaba el paisaje que se abría ante él mientras se reincorporaba, un vasto horizonte de montañas, árboles y ríos, un paisaje digno de postal.
La música se abría paso a través del frígido metal de los altavoces mientras Pi le recitaba su agenda del día, poco más que disfrutar de su fiesta de cumpleaños, iba a ser un gran día. Revisaba sus notificaciones cuando recordó que éstas se desactivaban automáticamente el día de su cumpleaños, a pesar de ello optó por acceder al sistema y ver que todo estaba en su lugar, el plan seguía en marcha y no podía dar puntada sin hilo.
La pared de vidrio en la ducha se iluminó con una luz suave mientras el agua tibia descendía sobre su cuerpo, desde allí podía ver el exterior, qué belleza, no podía no permitirse disfrutar el momento mientras el agua masajeaba su piel, la sensación era de placer extremo, de los que nunca quieres que terminen. Mientras el agua caía, los pensamientos de Kai se centraban en el proyecto Nueva Esperanza, su ambición más secreta y solitaria. Era un plan que había incubado en lo más profundo de su ser, sin permitirse siquiera el más mínimo desliz que pudiera exponer su existencia a ojos ajenos. La magnitud de lo que estaba en juego no permitía errores ni revelaciones.
Continuaba revisando las alertas cuando una en concreto llamó su atención especialmente, un robot había emprendido su marcha a la estación de carga con la batería casi completa, el algoritmo calculaba el porcentaje mínimo en base a las condiciones del lugar, no era habitual que la orden se produjera sin la batería vaciarse casi por completo.
– «Malditos aparatos, no me extraña que hayan terminado adquiriendo consciencia, funcionan cuando quieren», exclamó en alto aun sabiendo que nadie más la escuchaba. «Supongo que alguien se hará cargo».
Sin mayor atención a la alarma continuó preparando su mañana, el desayuno estaba recién hecho y el hambre acumulado durante la noche se hacía notar. Sentado en un lateral de una fina y elegante silla de madera sobre un soporte transparente que la hacía parecer en suspensión apuraba la revisión mientras devoraba su sandwich de pastrami y su respectivo zumo de naranja recién exprimida, con los ojos pegados en la pantalla, hipnotizado, sin leer si quiera lo que aparecía en la pantalla pensaba en sus cosas, tenía miedo de que todo se torciera pero a la vez estaba emocionado por el gran paso que se aproximaba.
Una voz robótica le avisaba de que la ropa estaba lista y enseguida llegaría su transporte, apurando el último bocado Kai se levantó y se dirigió al vestidor, donde con un toque elegante en la pantalla táctil seleccionó el conjunto que había preparado previamente.
El traje, un prodigio de la moda tecnológica, era capaz de cambiar de color y patrón adaptándose al evento o a las preferencias personales. Sus fibras eran flexibles y se ajustaban perfectamente al cuerpo, adecuándose a cada movimiento y proporcionando una comodidad óptima. Incluso sus zapatos, de apariencia clásica, contaban con suelas magnéticas, una característica que le permitía moverse con facilidad y gracia sobre cualquier superficie.
Ansioso por comenzar su cuadragésimo cumpleaños se dirigió al ascensor que lo dejaría directamente en la puerta, dónde su transporte lo esperaba. «Bienvenido Kai, su destino ya está escrito», dijo una voz proveniente del interior del vehículo, «Qué profundo, no me esperaba esto tan temprano», respondió Kai de forma desinhibida. «Me refiero a que cuándo usted determine nos dirigiremos a su próxima parada, creo que le están esperando».
«Vamos allá» respondió mientras posaba su cintura sobre el asiento del vehículo que automáticamente se ajustaría con firmeza a su cuerpo, el viaje no iba a ser muy largo hasta llegar al lugar elegido para el convite pero la seguridad era primordial.
Una vez en la plataforma de desembarque, un acceso exclusivo a la entrada principal del edificio, adornado con paneles de luz brillantes y una pantalla gigante mostraba antiguas imágenes suyas, en todas aparecía sonriente, habían sido previamente seleccionadas por su equipo de asesores. Los invitados ya estaban reunidos en el vestíbulo, con trajes cada cuál más estrambótico, joyas enormes y deslumbrantes, los robots se paseaban de un lado a otro sirviendo bebidas y canapés, otros vigilaban accesos desde tierra y aire mientras Kai saluda a los allí presentes, a la mayoría con un gesto desde la distancia, a otros con un apretón de manos.
A su llegada, la multitud reunida se desplazó a un lado, creando un pasillo para que Kai se dirigiera hacia el escenario. Mientras avanzaba, el sonido de la música se intensificaba, llenando el espacio con un crescendo vibrante. Las luces del entorno, destellando con un brillo cada vez más potente, enfocaban su atención hacia él. Al subir a la plataforma y situarse frente al micrófono, Kai se convirtió en el epicentro de todas las miradas, listo para comenzar su esperado discurso.
En este día tan especial no puedo evitar sentirme agradecido por todo lo que hemos logrado. Hemos pasado por momentos difíciles, es cierto, pero gracias a nuestra perseverancia, coraje y determinación hemos logrado salir adelante. Hoy, en mi cumpleaños, quiero expresar aquí ante todos ustedes que me siento orgulloso de pertencer a esta comunidad, juntos hemos conseguido enfrentar las adversidades con valentía y sacar adelante una sociedad próspera y fructífera.
Pero no puedo hablar de logros sin mencionar a aquellos que, muchas veces invisibles, trabajan día a día para hacer posible nuestra realidad, prometo trabajar para que el futuro que nos espera sea un futuro esperanzador en el que la guerra sea solo un recuerdo doloroso, en el que la paz sea una realidad tangible y duradera.
Porque este es un día de celebración, sí, pero también es un día para reflexionar sobre nuestro pasado y sobre nuestro futuro. Un futuro que estoy seguro será más brillante que cualquiera de los logros conseguidos. Y eso, amigos y amigas es algo que debemos celebrar, que debemos agradecer y que debemos defender con todas nuestras fuerzas.
Brindemos por el presente y por el pasado pero sobre todo por el futuro, juntos podemos hacer grandes cosas.
¡Salud!
Desarrollador de software, informático, emprendedor y entusiasta por la tecnología desde tiempos inmemoriales. Inquieto por defecto, curioso por naturaleza, trato de entender el mundo y mejorarlo utilizando la tecnología como herramienta.