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Noche de ocio, segunda parte
Con la alegría iluminando su cara se dirige hacia el punto de encuentro con sus amigos, la brillante y fría luz de las pantallas que anunciaban las últimas tendencias en moda y tecnología llamaban la atención de Zhara durante el trayecto pero en realidad reflexionaba sobre su vida y amigos, los conociá del bloque y del transporte al trabajo, no sabían mucho entre sí pero tenían bastante afinidad y solían charlar bastante, se divertían juntos.
La primera expedición, primera parte
Ada despertó en su habitación con una sensación de excitación en su interior, sería su primera salida y tenía muchas ganas de demostrar de lo que era capaz, tras una pequeña ducha se vistió con ropa ligera como le habían indicado y se dirigió al comedor en busca de algo para desayunar.
Allí ya se reunían algunos de sus compañeros de expedición para desayunar juntos como de costumbre. Estaban tan tranquilos entre risas y bromas, al ver a Ada uno de ellos le invitó a sentarse.
La primera expedición, segunda parte
Ada, aun intentando recuperarse del golpe de luz y calor recibido al salir, trataba de reponerse mientras sus compañeros habían avanzado ya unos cuántos metros, medio cegado empezó a caminar intentando no tropezarse con nada, no podía quedarse atrás.
40 cumpleaños, primera parte
Llevaba meses planeándolo, la fecha de cumpleaños de Kai ya estaba aquí y no quería defraudar, quizá fuera el último. La radiante luz solar penetraba las amplias vidrieras de su habitación, casi cegándolo, la cama era tan grande que podía extenderse a lo largo y ancho sin tocar los bordes, flotaba en una nube suave y mullida pero era hora de empezar la jornada, contemplaba el paisaje que se abría ante él mientras se reincorporaba, un vasto horizonte de montañas, árboles y ríos, un paisaje digno de postal.
40 cumpleaños, segunda parte
El eco de los aplausos empieza a retumbar en las paredes haciéndolos cada vez más fuertes a lo que Kai concluye «¡Que empiece la fiesta!» mientras se da la vuelta dirigiéndose raudo y veloz hacia las escaleras de salida del escenario. No le gustaba nada ser el centro de atención, tan expuesto, sentía cómo si todo escapara de su control, rápidamente uno de los sirvientes se le acercó con una copa de alcohol de calidad suprema, de las que ya no quedaban, receta única y en poder exclusivo de la élite para su propio consumo.