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Una vista panorámica de una concurrida cantina subterránea, donde se destaca la interacción entre dos hombres en primer plano, inmersos en una conversación, con el bullicio de la comunidad al fondo.

X, Primera parte

Esta entrada es la parte 11 de 13 de la serie Diario de un desterrado

X se despertó en su estancia, un amplio y luminoso cuarto con una cama, una estantería y una mesa de escritorio con un viejo ordenador en el centro. Él era un hombre alto y delgado, de fría mirada, fiel reflejo de años de duro trabajo y sacrificio. Era el fundador y líder de la comuna, allí donde un grupo de personas había conseguido refugiarse de las opresoras garras del sistema, en la absoluta clandestinidad.

The living quarters, a patchwork of personal sanctuaries, reflect the diversity of the station's inhabitants, with doors opening to reveal glimpses of individual lives, each space adorned with mementos of the past and tokens of hope for the future

X, segunda parte

Esta entrada es la parte 12 de 13 de la serie Diario de un desterrado

Antes de dirigirse al encuentro, consideró prudente buscar la compañía de alguien de su más absoluta cercanía. Sam era esa persona, un hombre sobre el cual X depositaba su plena confianza y a menudo se apoyaba para trámites delicados dentro de la comunidad. Sabía que Sam, con su juicio sólido y su experiencia, sería el acompañante ideal para este tipo de conversaciones. Era esencial para X asegurarse de que Ada se sintiera cómodo y valorado en su nuevo rol dentro de la comunidad. Tras una corta llamada acordaron reunirse para juntarse con Ada, solían verlo casi siempre sobre la misma hora en el comedor, era muy puntual y de costumbres por lo que sin dudarlo ese sería el lugar de encuentro.

Un reloj con luz de neón resalta de manera vibrante contra la pared metálica desgastada de un corredor sin ventanas, proyectando un reflejo luminoso sobre el suelo embaldosado y húmedo. Grafitis, testigos del bullicioso ritmo urbano de otro tiempo, adornan las paredes, añadiendo un toque de color a la escena monocromática. El corredor, marcado por su decadencia industrial, cuenta con tuberías expuestas y luces parpadeantes que contribuyen a la atmósfera sórdida. Dos luces parecidas a farolillos cuelgan junto a una puerta antigua y oxidada, proporcionando una tenue iluminación dorada que hace contraste con el resplandor del neón. Este escenario, que recuerda a un cuadro cyberpunk, captura un instante en el tiempo dentro de las entrañas olvidadas de una urbe.

Diario de un desterrado, continuará…

Esta entrada es la parte 13 de 13 de la serie Diario de un desterrado

Escribo para informar que Diario de un desterrado queda pospuesta hasta nuevo aviso. Inicialmente pensé que podría compartir capítulos de lo ya escrito mientras avanzaba en la conclusión del libro. Sin embargo, la realidad ha sido otra: mis múltiples compromisos no me permiten dedicarle el tiempo necesario sin comprometer la calidad y fidelidad de la idea original.